Las olas salpicaban ligeramente mis pies y los últimos rayos crepusculares me bronceaban tÃmidamente. Acudà a la a la golden hour huyendo del ajetreo descontrolado, las princesas marinas susurraban sus dulces canciones, mientras que las gaviotas danzaban al compás. Era mi hora o'clock, el cielo se tiñó de tonalidades rojizas y anaranjadas para regalarme la belleza perenne del atardecer.
Microrrelato finalista en el VI Concurso Internacional de Microatardeceres de Diversidad Literaria. 29 de agosto de 2023.
.jpeg)
0 Comentarios